
Soledad compartida, presente de infinitas variables eternamente efímero, vacíos emocionales, espectadores del pasado, ansiosos por un futuro, son demasiados conceptos para asimilar en un momento que se va, brillos de oscuridad, oscuridad lúcida, fuerzas intangibles que me animan a escribir, inspiración de aislamiento, expirar humo, cosquilleo en la frente y las ganas de ver otro mundo que los demás no alcanzan a imaginar, donde solo veo con ideas de palabras, donde no sé si soy el único ciego en un mundo que respira cada vez más cansado de la humanidad. ¿Dónde pongo el peso de la balanza para ser justo en mi espíritu?,¿dónde pongo el peso de la balanza para ser justo con mi salud?.En un nuevo día.
Escribir como un acto reflejo de ideas que no llegan a tu corazón con el mío saliéndose de su sitio, intoxicándolo cada día un poco más cuando lo que quiero es liberar a mi cuerpo de la química que me paraliza. Cada vez más tranquilo con mis textos, más productivo. Asimilando los augurios de una vida cada vez más complicada, sin complicidad, sin compañía, aislado en mis textos, en mi inspiración, aislado en las ideas que quiero que crezcan para alcanzar salir hacia la superficie del bienestar y volar en felicidad. Volar feliz aunque sea solo con los ojos cerrados en la meditación, hasta en eso me conformo. Cuando compartir desde el corazón se juzga, aunque hagas un análisis crítico que no entienda la gente. Las masas conmovidas, entretenidas, distraídas, dormidas, en rutinas, pero aquí estamos, comunicándonos… Y me pregunto para qué sirve la comunicación si no hay entendimiento, ni escucha atenta, ni reflexión, ni pensamiento, solo crítica. ¿Cuándo entra el diálogo?,¿cuándo entra la última cena?. ¿De qué se puede hablar si no es sobre una vida que cumpla unos estándares y se estabilice en soledad, desde sus propias ideas y diálogos internos que hace visibles para ser un sujeto con ideas y valores en el que se puede confiar y que pide a gritos una buena compañía?. Que lean y entiendan, que quizás soy mi peor enemigo y juez, que sigo encerrado en cuatro calles donde solo puedo liberarme en la escritura…
Mientras tanto, señales de que las cosas van bien en mi pequeño mundo, señales de una calma que precede a una tormenta, señales de anuncios de tragedias en el mundo. Cada vez hablo más con el sol, con el día, hablo con las personas que aparecen buscándole un sentido al sin sentido del caos, con la misma ignorancia esperanzadora de que podemos crear un mundo mejor, mejorándonos a nosotros mismos. Pienso en cómo se puede mejorar algo que está roto, quién puede arreglar algo que no tiene cura, quién es el artesano que quita el drama y las emociones vacías y negativas, y hace ver la luz desde otro plano, para que puedas apreciar el viaje de los colores del mundo gris. ¿Dónde está el artesano que te va a sacar el sabor que te revele que la vida merece la pena vivirla, dónde está el gurú que te enseñe a modular las emociones, si ahora todo es química en el cuerpo para dormirte?, ¿dónde está la ayuda de los corazones rotos, de la gente rota?.
Un nuevo día, palabras que reposan, que surgen desde el inconsciente cada vez más consciente. Palabras y palabras que me animan a no rendirme, a soltar peso, a equilibrar la balanza. En un lado de la balanza está mi espíritu, mi fuerza interior, mi corazón, en el otro lado están mis actos pasados, mis hechos presentes, mi trabajo emocional. El camino de la balanza no sé hacia que lado se inclina, supongo que si se ve desde fuera darán más peso a un lado que al otro, pero si se ve desde dentro puede que pesen más mis textos, es la única constante que sigo ahora, parece que pesa más mi espíritu liberándose de todas las cargas emocionales heredadas, adquiridas, rutinarias y crezco.
Crezco y hago que el deseo se convierta en algo secundario, ajeno a mí, hago que el conocimiento adquirido sea una rutina adquirida, fabrico la modulación de mis emociones al escribirlas y pesa más mi espíritu luchador, que ha renacido más de unas cuantas veces, más de unas cuantas noches, más allá de toda la química que quieren que entre en mi cuerpo para paralizarme, para dormirme. Cada día mas consciente, escribiendo con hambre para llenar la pantalla de energía, escribiendo con el hambre de querer romper el tiempo. Dejando de ser un espectador de mi pasado, dejando todos los recuerdos en un espacio que no quiero que vuelva, cuando solo quiero volver a conocer tu esencia. Cuando solo quiero volver a conocer tu cariño en esta vida o en otra, donde me sepas guiar un poco mejor, donde pueda aprender de tus consejos un poco más, interiorizar los valores que perdí por el entorno. Poder escribir una vida nueva cada día donde valga más el peso de mi espíritu cada día, donde valga más el peso de mi confianza cada día, cada día más fuerte ante cualquier situación que se presente, donde no me pueda rendir, donde pueda conseguir una mente clara y consciente con un corazón libre que supere todos los daños, todas las agujas. Donde no haya hilos que me puedan manejar o guiar hacia una catástrofe, solo hacia la verdad de la luz, cada día un poco más cerca de la verdad de la luz, de sus reflejos, de sus refracciones, de sus sombras, vibrando en un nivel que solo puede alcanzarse para sacarme del sufrimiento y del deseo, salir del mundo gris. Ver que la balanza está en otro plano donde solo las estrellas pueden ver que me quieren a su lado, en perfecta armonía de fractales, en perfecta sintonía con la proporción áurea.