Y el alma vieja pulía sus defectos, pensaba que el nirvana podría ser mañana, pensaba que la vida se escapaba.
Lejos del mañana, con un cercano ayer, presente en construcción.
Lejos de tu cama, con tu recuerdo vivo, con precipitadas ganas en tu intangible ilusión, con las alas puestas y el motor parado en combustión, quemo palabras como disparos, pienso en la leyenda de un futuro imaginado, tu yo, tuyo, libre, y yo perdiéndome en palabras que generen acción, midiendo las gotas justas para no precipitar, vuelvo a empezar, porque cada día es el día cero.
Las mil y una noches se quedan cortas sin estar junto a una hoguera para conversar, la leyenda del futuro es la que no te puedo contar.