Vacío, cansado pero sintiendo cada átomo de Prana a mi alrededor, me lleno de vida cuando escribo, en mis vacíos.
Recordándome que solo soy un observador de este cuerpo prestado, de esta mente prestada, con un espíritu que renace de cada caída emocional, siento mi espíritu y todo es fácil pero si pienso me encuentro en cambios, recuerdos, traumas, heridas, cicatrices. Siento que ya me duele el alma después de hacerle soportar tanto sufrimiento a mi cuerpo y a mi mente, pero si me muevo en mi propia naturaleza donde solo soy un resultado relativo de libertad fuera de las leyes causales me encuentro en equilibrio, observando.
Observo como la balanza de los medios de comunicación se inclina en propaganda para hacernos menos libres, es como una serie sin final para fabricar humanos en serie, en paralelo tienes la herencia de todo el inconsciente de tus antepasados y por eso tanta carga, tanta ruptura, tanta lucha emocional derivada de la línea de armonía que se rompió cuando nací. Sé que hacen todo lo posible por arreglarme y llegar a un punto donde encaje en una vida normal. Aunque solo veo que según vibra mi existencia vibra mi realidad. Me gustaría poder llenarla de vida plena para las personas que conozco y que me forman, pero solo siento los miedos.
Observo la balanza de la pluma y el corazón de los egipcios desde que he sido pequeño, he ido haciendo equilibrismo en esa balanza espiritual y no sé si es por ego, pero pienso que se inclina a mi favor después de tanto trabajo emocional. Quiero liberar mis pensamientos de los juicios que no me corresponden, sentir que solo existe el momento presente donde puedo generar un pequeño bienestar a la gente que me sigue. Parece que siempre estoy algo distante, difícil de alcanzar, escondido o refugiado, no lo sé. Pero solo me gustaría ver cómo la balanza sigue pesando cada línea que escribo para salir de la dualidad y poder renovar mi espíritu con la persona adecuada.
Observo y me gustaría integrarme, tener gustos en común, desatar mis talentos, realizarme, no sé dónde está el límite cuando has superado tantos límites y solo me queda avanzar en cada grano de arena del reloj de mi vida que cae diciéndome que me queda un segundo menos, un día menos, un año menos y lo que es más duro, otra persona cercana menos que quiere salir de mi vida. Ya no digo adiós, ya digo hasta luego, por si acaso nos vemos en otra vida o en otra realidad.
Observo y me cambian de nombre, me cambian de persona. Ya no me enfado porque sé que ahora no conocéis mi esencia, cada grano de arena que caía en el reloj del tiempo que rompí me ha hecho eterno en cada segundo de escritura.
Quizás mi armonía se encuentre en soledad, quizás se encuentre en otra persona que pueda aparecer, quizás el punto cero de equilibrio en el vaso de agua que te sirven con el café sirve para renovarse por dentro. Y así paso mis días, buscando el punto cero de equilibrio en casi todas las cosas que hago, porque sé que la estabilidad es trabajo y paciencia y sufrimiento. Luego dejaré que hablen, que yo me dedicaré a escuchar y a sentir que mi reflejo de tus palabras no se puede comparar con mi mundo interior.
Y así haré para que nada me afecte, me tocará volver a ser piedra y dejar que el agua que fluye me mueva mientras el Sol me ilumina y la Tierra me guarda. Tendré que volver a llamar a las abejas en invierno y dejar que pase el tiempo que me queda como un observador del equilibrio.