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Redes emocionales

Esto es como ver la oportunidad en la crisis del estado crítico, del pensamiento crítico, donde están los períodos de belleza de escritura, escondidos en la soledad de las palabras que no llegan a ver la luz desde mi pequeña red. Esto es como ver una telaraña desde el espacio, en esta red de satélites que no se ven a simple vista.

Cómo ver esa red desde arriba y desde abajo para poder sentir la misma sensación de estar atrapado entre los grillos transistores, y las moscas microchip. Llevar encima más de un chip y solo dar señales de humo, la naturaleza de las ondas no recogidas en las inhibiciones, la naturaleza de las ondas no recogidas en las exhibiciones del alma.

Me pregunto a veces, para quién escribo si nadie es capaz de ver mi pequeña red, ni desde lo alto ni desde lo bajo. Me queda pensar que estoy creciendo cómo un árbol al cual dejaron su semilla entre las dunas de un desierto, fuera de mi hábitat natural en una habitación natural, la cual parece un saco roto de palabras que se caen al suelo como un paquete que tiras cuando recibes un regalo. En este saco roto de palabras quiero tejer mi red para sostener a mi persona en un estado mental, emocional y espiritual más grande que la propia red de satélites. A la vez me siento tan comprimido, hasta el punto de estar oprimido. Hasta el punto de querer salir a ver mundo y estrellas estando encerrado entre casa y hospital durante diez años. Con la poca compañía que me queda. Supongo que ahora todo el mundo siente lo mismo y es que nadie te soluciona la vida por mucha fe que tengas en la humanidad y sus logros.

Cada vez que me enfrento a la pantalla es para adquirir un poco de conocimiento, ya sea desde mi intuición, mi acción o mi no reacción, mientras que la mayoría de las personas se ponen delante de la pantalla para criticar, yo me enfrento a mi mismo para resolver mis crisis y sacar un pensamiento más crítico, más analítico. Con la coherencia de mis actos presentes con mis palabras y hechos, dejando a un lado las circunstancias y pensando fuera de la caja. Pensando la idea de ayudarme para poder ayudar a los demás y que cuenten conmigo, aunque sea solo para una escucha atenta que no juzga, en la que trasciendo la dualidad del bien y el mal. Sin dejar mi base infantil de curiosidad y discernimiento para poder crecer en un mundo cada vez más individualizado y personalizado que despersonaliza a las personas, les pone una etiqueta y las deja aparcadas. Estoy dejando de buscar culpables y quiero arreglar este presente con toda la fuerza de estas palabras en esta pequeña red.

Espero que alguien pueda ver los hilos de esta tela desde el espacio, el hilo de esta vida, para cuando llegue mi hora de volar pueda hacerlo sin complejos ni traumas, aunque me rompa desde dentro cada día que pasa. No pierdo la esperanza de que alguien pueda captar mi presencia y mi esencia cómo algo único. En un presente que no volverá, en un estado mental tranquilo, emocionalmente alegre, espiritualmente conectado, esencialmente renovado y puro.

Desde la pequeña llama de mi vida quiero proteger en la lectura a las personas que estén perdidas.

Escuchando a mi vida en esta etapa nueva, escuchando atentamente, escuchando los sonidos del presente que quiere crecer, los ecos del pasado donde estuve bien, la resonancia de un futuro que quiero imaginar, soñar y materializar. Está por ver si algún día disfruto escuchando mi vida, al igual que siento la energía del presente. Me gustaría escuchar el fuego de mi vida cuidando las almas cercanas que me acompañan para contarme sus historias, me gustaría escuchar el aire de mi vida donde se vuelan todos los daños y sufrimientos, me gustaría escuchar el agua que compone mi cuerpo renovándolo en cada proceso, me gustaría escuchar a la tierra de mis sentimientos dónde una mujer quiera crear una vida a mi lado, con toda la paciencia y fuerza de crecimiento.

Me gustaría escuchar el vacío que dejo cuando me voy de las vidas de otras personas, el silencio y que puedan sentir cómo me acerco con nueva energía, lleno de experiencias y aprendizajes que fluyen hacia el punto exacto, el lugar exacto, el momento exacto, las matemáticas del amor resueltas en las ecuaciones llenas de variables completas, donde cada problema mental tenga solución, donde cada problema emocional tenga solución, donde cada problema lo podamos resolver escuchando vidas. Y aquí escucho. Soluciono, resuelvo, con el resultado de la escritura.

Cada vez que me enfrento a la pantalla hay un sufrimiento y una esperanza, un dolor y una cura, un laberinto y una salida, un deseo y una desesperación, un aislamiento y una entrega, un respiro y un ahogo. Un sin sentido y una razón para seguir escribiendo.

Escuchar mi vida para poder seguir hacia un presente en el que respire alegre cada segundo, para despertar conciencia, para que entiendan la infinita cantidad de realidades que vibran y se pueden escuchar desde el vacío del alma liberada en una sinergia con los hábitats donde se puede crecer y avanzar hacia la paz y el amor.

Desde esta pequeña red que no se ve en el espacio, desde este pequeño hilo de bits que voy tejiendo para crear mentes despiertas que me acompañen y me guarden en sus corazones.

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