Desde mis tiempos de equilibrio y bienestar, desde el horizonte de la montaña, la vista de las aves salvajes, creando rutinas que se vuelven tareas especiales, viviendo momentos.
Estar presente en la acción, pensamientos, gestos, palabras, contactos, reacción y cualquier otra variable que se me escape para sentir el ahora.
Ser uno, sentir el día soleado, la brisa apacible, apetecible, la vida sonríe sin noticias, las lluvias esperan su ciclo, aguardan en su memoria las diferentes cabezas, los diferentes corazones. Ser uno en la próxima lejanía del horizonte mental, del atardecer del sentimiento, de la mañana de la emoción, del pensamiento nocturno liberado.
En esta próxima lejanía espero que os deis cuenta que os he tenido presentes en este viaje hacia otra vida durante tres años de andadura de palabras, camino de sinónimos, escalada de conceptos, curvas de ideas, en cada letra presente vuestro entendimiento.
Para llegar al momento de ver la paz en las palabras que escribo. Llegar a palpar en la sensibilidad del teclado cada pulso de corazón que sigue la corriente continua en la corriente alterna del cerebro, así se sincronizan y dan pie a nuevos comienzos vitales. Ganar un espacio propio donde poder trabajar en mis textos y mis emociones, desde el punto creativo, desde la intuición, desde la inteligencia libre de presiones y hechos exteriores.
Aves, música, inteligencia, montaña, árboles, creencias, primavera, vidas nuevas, relaciones de calidez, estrellas, meditación, textos de inspiración adimensionales. Textos diferentes, directos, determinados, decididos, trabajados en pliegues de pensamiento, en coordenadas de cardioides, amplificando el campo electromagnético de mi corazón en un viaje que empieza y se guía por la inteligencia anterior al evento.
Fondo, forma, raíces, espíritu, dan lugar a una danza de energía vital no condicionada, alimentada de caricias, cuidados, tiempos mejores en otra clave de partitura, renacer otra vez en origami. Pienso en abrir y cambiar el enfoque en este nuevo caminar, alejado de todas las respuestas negativas, alejado de todo el menosprecio y trato desigual de las personas que creen tener verdades y se sienten superiores. Hay que verse como una gota de agua en la tierra, como una partícula de arena en este universo desconocido.
Tengo un billete de ida hacia mi estrella para cuando no pueda aguantar más en esta existencia, cuando no me quepa más energía. Mientras seguiré mi camino.