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No se

No se hasta que punto llegué a conocerla, hablar con ella era alegría, verla sonreír era mejor todavía.

No se hasta que punto llegué a conocerme, hablar conmigo mismo era una montaña rusa, subidas, bajadas, normal, al empezar a hablar con ella sentía que podía volar y al dejar de hacerlo necesitaba un paracaídas.

Había sentido química en miradas y sonrisas de cerca, en la distancia la quería mantener de alguna manera en mente, no se si eso era un fallo.

Había muchas cosas que no sabía pero quería que estuviera bien sin el, protegida y a gusto aun sin estar cerca el uno del otro, con paz, seguridad, felicidad y confianza aunque fuera a cuentagotas.

Sus palabras alegran el día, espero sumar momentos bonitos en su vida, nada más, me importa.