Me gusta, o como reducir un sentimiento al toque de un dedo en una pantalla.
¿Cómo hemos reducido un sentimiento a un click? ¿Cómo hemos creado sensaciones nuevas a un bombardeo de estímulos visuales?
Pues bien, si has llegado a leer hasta aquí es porque tu atención dura más de lo que te permiten las notificaciones y me alegro.
Me gustaría saber si eres capaz de mantener la atención un poco más, hasta el final, si no es mucho pedir.
Me gusta, comparte, suscríbete, como si pudieras cambiar algo en mi vida… Reflexionando sobre los impulsos que quieren que tengamos, para medir nuestros compartimientos y sesgar nuestras ideas, al final han hecho de nosotros no solo un número, ni siquiera un bit de información, nos han reducido a un click, donde un click puede cambiar tu vida, estamos más al límite que nunca, perdiendo nuestra capacidad de atención, gracias a que nos mantienen atentos desde que nos despertamos, hasta que nos dormimos, en toda esta era de sobreinformación, hay saturación por cansancio de estímulos, hay pérdidas de identidad, ya no nos paramos a contemplar y a ver la vida pasar sin hacer una foto y con tantos recuerdos te quitas el tiempo de reflexionar en el presente, para poder avanzar mientras ves la vida pasar, ya no hay tiempo para pensar en lo que importa. Ahora llega la naturaleza con su micromundo de los virus y os dais cuenta que algo tan pequeño puede cambiar el mundo entero. Por eso dejaré que este texto sea pequeño, para poder cambiar el mundo.
Me gusta, comparte y suscríbete, lo cambiaría por decirle al vecino: respira, no odies y respétame respetándote, mira que lo importante son los pequeños detalles y en este mundo donde nos creemos invencibles la verdad es que somos tan vulnerables como cualquiera. Todos estamos heridos, pero no nos dejan respirar para curarnos, nos siguen vendiendo odio para que perdamos la razón e interesan más las críticas a los fallos que el aprendizaje de estos. Doy gracias por equivocarme contigo porque me haces aprender. Solo espero que podamos meditar para mejorar nuestros corazones, solo espero que podamos disfrutar una sensación real, cuando algo nos guste y no tengamos que dejarla reducida a un click. Solo espero que tu siguiente click sea en tu cerebro y que despiertes ahí tu vida interior, la cuides, la protejas, la trasformes, la disfrutes y puedas encontrarte en paz y en equilibrio.
Feliz, navegando en mi interior, repleto de ideas, sueños, ilusiones, crecimiento, lucha, construcción, lleno de conversaciones pendientes que tengo conmigo mismo porque tu no tienes tiempo de hablarme. Atento a tu respeto no a tu atención. Atento a mi libertad, tan vulnerable y reducida como la tuya pero mentalmente libre cada vez que escribo. Con un crecimiento espiritual constante mientras veo la vida pasar, así que si me ves haciendo nada, es que estoy trabajando en la nada, en esa que me llena de silencio, equilibrio, paz, la cual se convierte en un todo para compartir, en la realidad donde me importa más tu tiempo, que tus clicks.
Toca crecer y crear más allá de las pantallas, desde la nada, como siempre, desde el vacío y el silencio, desde la espera de no esperar nada, desde la esencia. Toca crecer, crear, construir, cuidar, proteger, respetar, amar, tener pequeños detalles en nuestros pequeños círculos de relaciones para que cada pequeño círculo pueda vivir un poco menos ahogado en esta batalla contra la propia humanidad.
No sé cómo se ha reducido un sentimiento a un click, sé que de un click pueden surgir varios sentimientos. Solo espero que si has llegado hasta aquí puedas curarte, de la sobreinformación, los virus y la maldad y la negatividad que circulan.