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Ruinas

No se cuantas veces me han roto el corazón, no se cuantas veces me lo he roto yo, no se a cuanta gente se lo rompí yo, si quieres hacerme compañía déjame que no me duela.

Depresión, ansiedad, realidades paralelas, cuánticas, tengo demasiado en la cabeza como para no pensar, como para no dejarlo escrito.

Si quieres hacerme compañía déjame que no me duela, porque tengo tantos miedos como opiniones, y lo gracioso es que no me da miedo decirlo, tengo tanto valor como para dejarlo en ti.

Tabaco, horas de espera, salas de tiempo cambiando personas que no están preparadas para leerme, salas a solas donde la soledad es música y el silencio maestro y castigo, salas a solas donde imaginar tu sonrisa y tu mirada para volverme loco sin ti, sin ella, sin él, sin mi, sin vosotros, sin nosotros, sin ellos ni ellas, sin, todo sin, con humo, con el tiempo de sobra para ajustarme a tu tiempo justo, para quitar importancia a las cosas, para que me quites importancia, todo esto mientas evoluciono por dentro, desde el alma, eso que también se puede perder, eso que ya no veo en los ojos de la gente tras los velos de la maldad en cada tono de vuestras voces y gestos. Cansancio.

Cansancio emocional, cansado de que se me queden tus emociones negativas en mi y tu puedas con ello y yo tenga que replantearme y salvarme mi vida entera en cada microsegundo, en cada micromensaje, en cada microcosmos infectado mientras limpio el mío, de ti, de mi, de él, de ella, de vosotros, de nosotros y de ellos y de ellas. Limpieza de humo, de temblores, de frío, de arrogancia, de ver el mundo cara a cara y ver su enfado mientras devuelvo una sonrisa para curarme y curarte, pero perdóname si no quiero sonreír porque me agoto en cada gota que no cae de mis ojos, no me hace falta nadie para sufrir, no me hace falta nadie para ser feliz, elijo en cada pulso que escribo. Puede que me canse de dedicar un mundo feliz cuando estoy admirando las ruinas de la historia que no me hace falta conocer, pero sonreiré, ya sea de dolor o de alegría, si vas a hacerme compañía, déjame que no me duela.