A veces hago el amor con la escritura, unas veces es sucia y otras súblime, pero no me queda otra opción que hacer el amor con la escritura en todas las maneras posibles, para que de alguna manera mis letras sean felices en la medida en la que yo no puedo serlo. A veces me inspiro, fluye, lo libero y te llega, a veces no se da ese proceso, los ritmos cambian en cada persona y yo cambio en cada texto, los ritmos son las olas que viste alguna vez y que ahora son ondas en tu mente durante el tiempo que me lees, y estas ondas que son olas no se pueden quedar en un hola, ¿qué tal?. Estas ondas que son olas no se pueden quedar buscando tu mirada en el infinito del cansancio y aburrimiento rutinario, en este tiempo de paciencia eterna en el que se pierde hasta el deseo de vivir, mientras sigo esperando hasta que respondas con esa luz en tus ojos que te caracteriza, que sabe cuidar de mi, hasta que respondas con esas manos cansadas de trabajar y de mirar el móvil, ojalá pudieras levantar tu espíritu todos los días, ojalá me dejases sentirlo, entre esos tiempos de descanso donde se para la vida y fluyen las emociones, los sentimientos, las sensaciones, las ideas y los sueños. A veces sueño con poder escribir ese texto que te haga aparecer en mi vida abriendo los ojos a mi mundo de soledad compartida, a mi interior de construcciones salvajes, a mi interior roto por tantas influencias que me han dejado aislado mientras lucho por salir al mundo desde aquí, gestando otra idea en cada semana, renaciendo en cada texto, renaciendo en cada letra, en cada palabra, gastando tiempo para dejar a mi tiempo un lugar en el tiempo, gastando vida para dejar a mi vida un lugar en tu vida, gastando espacio para dejar a mi espacio un lugar en el espacio, y así vivimos, gastando para dejar un vacío.
A veces hago el amor complicado y simple con la escritura. A veces me dejo aparecer.
Solo una y tantas veces te puedo escribir, que no se si sirve que leas y olvides para dejar de sentir.
Solo una y tantas veces te puedo escribir, que no se si algún día me leerás todo a mi.
Solo una y tantas veces te quise escribir, que no quiero perder el tiempo sin verte vivir.
Solo una y tantas veces te quise decir, que estoy vivo esperando tu respuesta.
Solo una y tantas veces me fui, que ya no volveré a ser el que conociste antes de leer esto.
Solo una y tantas veces estoy aquí, que cuando vengas quizás haya perdido mi razón, mi fe, mi conciencia, mi mente, mi cuerpo, pero no perderé mi amor por ti.
Solo una y tantas veces te puedo repetir, que mi esencia si se aleja de ti, es para volverme a acercar.
Y en esta cercanía, de esencias, de soledades compartidas, de vidas gastadas, de sin sentidos y esperas, me gustaría que supieras que te imaginé hace mucho y que cuando quieras, nos toca vivir.