Ganando horas de sueño, perdiendo sueños de vida, viviendo. Viviendo rutinas, momentos de inspiración que se escapan bajo el tiempo luz. Tiempo de viajar con la mente hasta donde me lleven mis alas, hasta planear sin motor, aterrizar y cambiar. Sueños vividos del pasado, me preguntan, ¿dónde está tu presente, tu presencia, tu esencia, tu huella, tu destino oculto, tus palabras prohibidas, tu pensamiento libre, tus silencios habladores, tus viajes de gloria, tus errores únicos?. ¿Cuál es tu definición, tu potencial, tu trabajo de campo, tus etiquetas? ¿Cuándo es buen momento para reconocer tu increíble resiliencia, tu respuesta, tu reacción?
¿Cuándo vas a decir, hasta aquí?
Parar en el momento de respirar elevado al firmamento, parar en el presente donde el tiempo luz acompaña desde las sombras, parar en la dimensión donde me tienes en cuenta, parar en la dimensión donde reconoces esta existencia tan valida.
Mi presente es lo más difícil de escribir, es otra noche sin darte las buenas noches, cuando el tiempo de luz se apaga, me quedo frente a mi sombra sin compañía otra noche más. Me pregunto cuánto es suficiente que aguante mis silencios y me da la sensación de que mis silencios son para toda esta vida.
No se si la lluvia, el viento, el sol, la playa, se pueden llevar estos silencios no se si la montaña es capaz de guardar esta sombra. A veces pienso que soy un simple humano más.
Música nueva, horas de brillar desde el descanso,minutos de meditación escrita, segundos que avanzan sin remedio hacia un presente que parece solitario rodeado de personas. Aprender a ver el reflejo de cada persona, ser un prisma del cual cada presencia se refracte en un color y no haya maldad en la energía emitida, recibida, intercambiada por cada partícula de mi ser hacia el resto de personas en armonía que quieren saber de mí.
Nubes que despejan mi clima emocional. Bajo un tiempo de luz que va directo de la inspiración al corazón