Publicado el Deja un comentario

Reloj de arena

¿Podría el peso del pasado pesar tanto como para no poder empezar una nueva vida?

¿Qué tipo de ser consciente mide el peso de los granos de arena en el reloj de cada vida que avanza inexorablemente?. ¿Cuántos segundos me pueden quedar de felicidad interna reflejada en este mundo más cercano con sus sociedades distópicas?. Felicidad interior versus sociedad esclava de pantallas. Elegir el tiempo que me queda en esta vida al servicio de la única constante en el universo conocido, la luz. Ser capaz de ser luz, pensar luz, meditar luz, reflejar luz, proyectar luz, desde la más profunda oscuridad. Que cada grano que caiga en el reloj de arena deje una estela a su paso, para pasar por esta existencia dejando una huella, un rastro, una guía. Trataré de iluminar el propio reloj interno, el metafísico, el energético, el mental, el sentimental, trataré con mi corazón poner un ritmo en este mundo y cada ceniza de mi ser actual sea capaz de curar las heridas, las malas decisiones, pienso que aun tengo tiempo para quererme. Con cada grano de arena de este reloj que me ha tocado vivir pienso fabricar felicidad interna, luz, y una guía que me ayude a escoger el camino del bienestar, de la abundancia de virtud, pequeños logros, sueños bonitos cumplidos, calmar el deseo y el apego, aprender de los momentos felices.

Ser consciente cada segundo,de mi vida pasada, ajustándome a corregir, cambiar, renovar, desechar, utilizar, crear, inventar, pensar, sentir. Sentir como llega el final de muchas personas en mi vida que no tienen tiempo para acompañarme en este nuevo viaje de aprendizaje, en este nuevo camino.

Crear una realidad de cuidados y cariño, hacia mi, que pueda reflejar. Sentir un cariño sincero que no desparece. Salir de la depresión. Sentirme válido y suficiente, sentirme querido y arropado sin importar el invierno que llegue. Sentir felicidad, alegría, comprensión, ayuda, pensar que puedo resolver momentos difíciles.

No sé si es lo mínimo que las buenas personas necesitan, pero pienso, que las buenas personas necesitan sentirse queridas, cómodas, libres y respetadas. En cada grano de arena que cae en esta vida marcando nuestro paso por el mundo.

Publicado el Deja un comentario

Brillos

Un nuevo momento, un nuevo día y otra vez la misma sensación…

¿Soy un fallo más en el sistema?, o a caso el sistema es el fallo, ¿cuál es el sistema para entrar a relacionarse desde la soledad?, ¿por qué hay que abrirse o unirse a grupos en un mundo cada vez más individualizado?

¿Importa el individuo? ¿Importan la sociedad y las masas?

Una pequeña lucha contra toda la propaganda de violencia y odio, una pequeña lucha contra todas las críticas y aislamientos. ¿Cuándo perdí mi voz? ¿Cuándo importa más lo que tu quieres entender que la verdad de las realidades unidas por hilos que no llevan a ninguna parte, que dan la vuelta para estar en el mismo sitio distinto? En este hilo que libero quiero llegarte.

En este hilo que libero quiero contar mis aprendizajes, cuando meditas y entras en tu mundo interior resolviendo las ideas exteriores resulta que enloqueces, resulta que llevas una semana, un mes, un año, o décadas en las que el poder de avanzar se ve más limitado, menos cuando escribo.

Otro problema, otro bucle sin salida. Mientras yo salgo de mi ser cuando entro en todos mis posibles pasados y los olvido, vivo el parpadeo del reloj, el cual avanza y me deja atrás cada segundo que no puedo disfrutar contigo, vivo el parpadeo de la letra siguiente que está por crearse, unirse y fundirse en este texto, mientras dejo atrás las preguntas. Ya no sé si vivo en una realidad temporal programada, en una realidad relativa de luces y sombras, en una realidad causal de fallos y aciertos, en una realidad cuántica donde dejo de ser yo y solo soy una sombra en el reflejo de tu visión. Me muevo en diferentes realidades cuando la gente no sabe ni quiere resolver problemas hablando y solo me queda escribir. En otro pliegue, en otra hebra, en otra estrella fugaz que no verás pasar porque solo vives en tu realidad temporal donde lo que importa son los segundos que te pierdes por no querer abrirte a una escucha que está ya demasiado lejos de tu entendimiento.

En otro pliegue del papel, en otra hebra neuronal, me encuentro en una dirección repetitiva donde ya no eres capaz de mirarme. Cuando despiertas y ves la velocidad de vértigo donde se compran y se venden vidas ya dejas de querer al mundo y por esto me deje de querer, solo me salva que guardo amor a un grito silencioso de ayuda que no llega. Refugiado en mi interior, refugiado en mi exterior, otra persona más que poco importa porque solo se habla a si misma, otro individuo robando tiempo para buscar vida, cuando la vida se encuentra en un parpadeo, ese que te perdiste en el pasado y que no va a volver.

Mentiras y falta de tiempo, eso es la vida ahora. Pero, encuentro mi vida en cada parpadeo. Solo me queda cerrar los ojos y esperar a que se cansen de manipularme, me integro en cada función de muestreo y cada vez veo más bajones, más deterioro, mi filtro cada vez más alto, ya no quiero infiltrarme en el resto, ni unirme a su visión cerrada de masas controladas. Mi vida crece y no quiero quedarme al margen. Mi única ayuda soy yo, porque el resto solo quiere robar tiempo, mi grito silencioso se quedará en palabras olvidadas con el tiempo mientras que tú avanzarás hacia otro plano y las constelaciones me dejarán unido a alguna estrella que no podrás alcanzar. Todo el dolor, el daño, el sufrimiento, que programáis para mí, os vendrá de vuelta. Que yo me quedaré en mi estrella, brillando para irme lejos de este mundo en el que me ha tocado pelear con los dioses.

Cuando queráis devolverme mi luz, brillaré mucho más.

Cuando queráis dejarme a oscuras, seguiré viajando desde mis libros…