
La lluvia distingue cabezas, no nos mojamos con las mismas gotas, la precisión de la memoria del agua sabe sobre qué persona cae cada gota. Sabe quién necesita su historia, su viaje por este mundo, por los cielos, mares, ríos o lagos. El agua viaja completando su ciclo, hasta que llega a cierto lugar o persona. Y así esta nos trae su vida.
Aun no sabemos interpretar con qué memoria nos llega cada gota.
Y no, no llueve a gusto de todos, su sonido nos descubre diferentes dilemas, ¿el vaso medio lleno?, ¿la gota que colma?, la adaptabilidad al entorno. El sonido de la lluvia descubre nuevos caminos. Nos ayuda a combatir el fuego de la sin razón.
El fuego nos reserva un lugar caliente y acogedor si es bien tratado. Imagino que mi llama vital puede recomponerme, cuidar, proteger, acoger, renovar, acariciar, abrazar en una suave calidez. Mi cercanía hacia ti la puedes sentir con mi llama vital generando un entorno seguro.
La tierra se nutre con la lluvia y se purifica con el fuego, la naturaleza nos da las medidas necesarias para cultivar relaciones sobre el suelo fértil. Las relaciones se cuidan, protegen, nos unen, nos traen a diferentes personas para mostrarnos el camino correcto, cuando el alma elige, no importa el tiempo, cuando el alma sigue su libre albedrío, se reinventa, aprende, calibra, recalcula, rectifica y resurge para pisar en firme con cada nueva decisión.
Cuando el alma elige, descubre qué cantidad de agua necesita, qué cantidad de fuego es suficiente, cuanto terreno nos deja entrar en el Edén, y con qué viento se puede navegar o volar, para llegar a tu presente.
La memoria del agua nos elige, los propios elementos son tan libres que no preguntan si les dejas entrar en tu vida. Entran, crean su reacción y nos enseñan que a veces nos enfadamos incendiando, a veces nos curamos inundándonos de paz, nos sorprenden con su velocidad de vuelo y echan raíces de pensamientos firmes y seguros sobre la tierra para crear nuestros valores.
Si, quiero decir sí, a una vida sin violencia, quiero decir si a una vida de paz y alegría, seguridad y protección, quiero decir sí a una vida consciente, con la compañía de mi estrella. Si me preguntas qué puedo ofrecer, te diría… Elementos elementales, fundamentales, raíces, valores, compañía, complicidad, respeto, pasión, entrega, paciencia, cuidados y una conexión con el momento presente. Una vida que rebose tranquilidad, para salvar cualquier obstáculo. Conocer la memoria del agua.
En cada gota sentiré la paciencia con la que la vida se construye en el mundo real.