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Límites cercanos

Existen una cantidad de límites cercanos cuando sales de los márgenes.

A veces esos márgenes cercanos están presentes en el sentido común, el control de los pensamientos, emociones, sensaciones, estímulos, y entre estos las acciones se vuelven y giran en torno al hilo de la vida o la muerte. Por suerte al meditar me imagino un hilo de oro conectado a mi estrella, la cual es vista como un micro punto, un eje, fijado a años luz. Mi sexto chakra es como un telescopio.

Me quedo contento al albergar luz en un universo mental oscurecido. El portal a las estrellas está en mi ser, en mi esencia. Puedo imaginarme el núcleo de Ankh, rodeando mi pequeña luz, creando una llama violeta o verde o dorada, seguida de mi hilo dorado, hago un viaje neuronal, conecto. El camino es más corto en línea recta, desde el suelo, la raíz, hasta orbitar en torno al destello. Ya no entiendo los rodeos, ni las vueltas, ni las espirales, cuando el viaje en esta vida es una línea recta. Desde los límites cercanos todo se vuelve muy importante, pero viajando en la meditación todo se relativiza.

Sigo el zumbido de las abejas en el cosmos.

Un hilo, un zumbido, un destello, una luz perenne, oscuridad. He aprendido a mirar con los ojos cerrados. Mirar desde lejos los límites cercanos, es la última pequeña guía, para conectar con la inteligencia anterior al evento.

Cuando conoces por intuición o autodescubrimiento es difícil que se te olvide el camino a la paz, hacia el amor.

Y aunque cada vez respondan menos personas, me quedaré con mi luz. Honrando a mi aprendizaje.

Relativizo los límites cercanos, el margen del suelo al cielo. Habrá que seguir caminando, dando valor a cada peso de cada paso, volar imaginando, centrarme en abrir el corazón, pensando, con la luz que podré alcanzar algún día, sintiendo el equilibrio y la armonía de esta vida en los momentos de protección, respeto, diversión, libertad y energías sutiles.

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Próxima lejanía

Desde mis tiempos de equilibrio y bienestar, desde el horizonte de la montaña, la vista de las aves salvajes, creando rutinas que se vuelven tareas especiales, viviendo momentos.

Estar presente en la acción, pensamientos, gestos, palabras, contactos, reacción y cualquier otra variable que se me escape para sentir el ahora.

Ser uno, sentir el día soleado, la brisa apacible, apetecible, la vida sonríe sin noticias, las lluvias esperan su ciclo, aguardan en su memoria las diferentes cabezas, los diferentes corazones. Ser uno en la próxima lejanía del horizonte mental, del atardecer del sentimiento, de la mañana de la emoción, del pensamiento nocturno liberado.

En esta próxima lejanía espero que os deis cuenta que os he tenido presentes en este viaje hacia otra vida durante tres años de andadura de palabras, camino de sinónimos, escalada de conceptos, curvas de ideas, en cada letra presente vuestro entendimiento.

Para llegar al momento de ver la paz en las palabras que escribo. Llegar a palpar en la sensibilidad del teclado cada pulso de corazón que sigue la corriente continua en la corriente alterna del cerebro, así se sincronizan y dan pie a nuevos comienzos vitales. Ganar un espacio propio donde poder trabajar en mis textos y mis emociones, desde el punto creativo, desde la intuición, desde la inteligencia libre de presiones y hechos exteriores.

Aves, música, inteligencia, montaña, árboles, creencias, primavera, vidas nuevas, relaciones de calidez, estrellas, meditación, textos de inspiración adimensionales. Textos diferentes, directos, determinados, decididos, trabajados en pliegues de pensamiento, en coordenadas de cardioides, amplificando el campo electromagnético de mi corazón en un viaje que empieza y se guía por la inteligencia anterior al evento.

Fondo, forma, raíces, espíritu, dan lugar a una danza de energía vital no condicionada, alimentada de caricias, cuidados, tiempos mejores en otra clave de partitura, renacer otra vez en origami. Pienso en abrir y cambiar el enfoque en este nuevo caminar, alejado de todas las respuestas negativas, alejado de todo el menosprecio y trato desigual de las personas que creen tener verdades y se sienten superiores. Hay que verse como una gota de agua en la tierra, como una partícula de arena en este universo desconocido.

Tengo un billete de ida hacia mi estrella para cuando no pueda aguantar más en esta existencia, cuando no me quepa más energía. Mientras seguiré mi camino.

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¿Cuántas?

¿Cuántas lunas he perdido las caricias a tu piel?

¿cuántas estrellas se han apagado por no darte un abrazo?

¿cuántos amaneceres he de estar lejos de tus labios?

¿cuánta lluvia ha de caer en tus ojos para que puedas valorar mi compañía?

¿cuántas noches voy a dormir sin sentir tu cuerpo a mi lado?

¿cuántas galaxias se van a romper sin que pueda sentir tu olor?

¿cuántas horas me quedan hasta tu próxima sonrisa?

¿cuánto aire ha de hacer para que sepas que si tu no respiras yo tampoco?

¿cuánta tierra he de pisar para que camines a mi lado?

¿cuánto he de nadar para llegar a tu orilla salvando los océanos que nos separan?

¿cuánto sol ha de iluminar para que veas mi luz?

¿cuánto queda para vernos? No lo se.

Pero se que sigo esperando a que la luna, el sol, el aire, la tierra, las galaxias, el agua, las estrellas, la lluvia, los amaneceres y las noches me den el permiso de sentirte a mi lado.